Saturday, April 5, 2014

TP N° 4: CADÁVER EXQUISITO

El movimiento surrealista, junto con otros movimientos como el dadaísmo, el cubismo y el constructivismo, constituyó en los inicios del siglo XX una transformación estética, cultural y artística de suma importancia. Influenciados por cambios políticos, económicos y sociales, como la Primer Guerra Mundial y la revolución rusa, o científicos como la teoría de la relatividad, el cine, la literatura, la pintura, la fotografía y la música, los seguidores del surrealismo cuestionaron profundamente la tradición artística que los precedía.

Una consecuencia de este movimiento fue la democratización del acto creativo, bajo el lema de que "la poesía puede ser hecha por todos". Hacia allí apuntan las consignas de escritura de la Propuesta "Escritura surrealista": consignas donde el azar, la escritura colectiva, las escrituras automáticas y las metáforas inesperadas implican un ejercicio lúdico con el discurso poético y donde, sin duda, todos podemos producir formas y procedimientos cercanos a la poesía.

Cadáver exquisito es un juego de palabras por medio del cual se crean maneras de procrear, es decir, sacar de una imagen muchas más. El resultado es conocido como un cadáver exquisito o cadavre exquis en francés. Es una técnica usada por los surrealistas en 1925, y se basa en un viejo juego de mesa llamado "consecuencias"[cita requerida] en el cual los jugadores escribían por turno en una hoja de papel, la doblaban para cubrir parte de la escritura, y después la pasaban al siguiente jugador para otra colaboración.
El cadáver exquisito se juega entre un grupo de personas que escriben o dibujan una composición en secuencia. Cada persona sólo puede ver el final de lo que escribió el jugador anterior. El nombre se deriva de una frase que surgió cuando fue jugado por primera vez en francés: « Le cadavre - exquis - boira - le vin - nouveau » (El cadáver exquisito beberá el vino nuevo). En resumidas cuentas se combinan cosas de una idea agregando elementos que pueden o no pertenecer a la realidad. Los teóricos y asiduos al juego (en un principio, Robert Desnos, Paul Éluard, André Bretón y Tristan Tzara) sostenían que la creación, en especial la poética, debe ser anónima y grupal, intuitiva, espontánea, lúdica y en lo posible automática.
Neruda y Lorca los llamaron poemas al alimón; Nicanor Parra y Huidobro, quebrantahuesos (Junto a Enrique Lihn y Jodorowsky hicieron una exposición denominada "el quebrantahuesos").
Nicolas Calas –vanguardista suizo- sostenía que un cadáver exquisito tiene la facultad de revelar la realidad inconsciente del grupo que lo ha creado, en concreto los aspectos no verbalizados de la angustia y el deseo de sus miembros, en relación con las dinámicas de posicionamiento afectivo dentro del mismo. Ernst observó que el juego funciona como un 'barómetro' de los contagios intelectuales dentro de un círculo de creadores.
Decía Rulfo que no existen más que tres temas básicos: el amor, la vida y la muerte: para captar su desarrollo normal, hay que saber cómo tratarlos, qué forma darles, sin repetir lo que han dicho otros. En tanto metabolismo continuado de anteriores lecturas, podría considerarse si la literatura no es en sí misma un gran cadáver exquisito a partir de temas y preocupaciones bastante simples.
Esta técnica de escritura es común en talleres literarios e incluso en ejercicios en la red en webs dedicadas a la escritura. Posteriormente esto evolucionó a otras disciplinas como la pintura, el vídeo e incluso a la arquitectura, dando lugar a grandes obras colectivas en las que se refleja el espíritu del grupo y no la individualidad del creador.


CÓMO SE JUEGA

Se forman grupos de seis o siete participantes que se sientan alrededor de una mesa. El primero escribe una frase en un papel y, al terminar, lo dobla dejando que se vea sólo la última palabra. A partir de ésta, el segundo participante escribe otra frase y así sucesivamente. El juego se puede repetir varias veces, cuantas se quiera. Al finalizar, se desdobla el papel y se lee el resultado. 





Cadavre Exquis 1926 Man Ray, Yves Tanguy, Joan Miró, Max Morise. Tinta y lápiz sobre papel.






Cadaver exquisito André Breton, Yaqueline Lamba, Yves Tangui. Collage.







Cadaver exquisito Bernat M. Gustà, Marc M. Gustà , Edu Castells 





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